Una manera de vacilar o molestar a un amigo o compañero es con el dicho popular ¡tome pal pinto!.
Ejemplos de situaciones donde se puede decir ¡tome pal pinto!
- Estamos en una conferencia, el compañero que está sentado a la par mía está distraído chateando con la güila, yo le digo que ponga atención. Resulta que el expositor termina la charla y se inventa una ronda de preguntas para conocer el punto de vista de los presentes. Y como era de esperar, uno de los llamados a responder fue mi compañero… yo le digo en voz baja… ¡tome pal pinto! en tono burlista.
- Llega el jefe y dice: Marco venga un momento a mi oficina. En este segundo caso, le puedo decir ¡tome pal pinto! porque uno se imagina que a Marco lo van a regañar o le van a dar más trabajo.